miércoles, 14 de diciembre de 2011

Frohe Weihnachten!

¡Feliz Navidad! Y perdón por haberos abandonado durante un mes, pero una se hace a la vida berlinesa... Que no significa que no haya hecho nada más que salir... que también he salido... Bueno, que me lío. ¡Que mañana vuelvo a casa por Navidad!

¿Y qué hay que contar de la Navidad en Berlín? Primero, que menuda mierda de invierno, que no hace ni frío ni nieve ni na. Segundo, ¡que hay mercaditos de Navidad con Glühwein por todas partes! Seguro que gracias a la globalización, ya sabéis lo que es el Glühwein, vino calentito con canela y especias para quitarse el frío. Hay mercados de todo tipo, desde el macro mercado capitalista de Alexanderplatz:



Hasta el mercadito bastante más íntimo y vintage dentro del Kulturbrauerei (una antigua fábrica de cerveza reconstruida como centro cultural):


Y, para los que aún no lo conocéis, el mercado de Navidad de mi casa:


Tengo muchas, muchas ganas de llegar a casa, dormir en mi cama, comer la comida de mi madre y cebaros con dulces. Pero mi relación de amor-odio con esta ciudad se va convirtiendo cada vez más en una relación sana... ¡y la voy a echar de menos!

Ala, guapas y guapos, me voy a hacer la comida que estamos en horario alemán ¡y es mi último día de clase! ¡Nos vemos mañana!

domingo, 13 de noviembre de 2011

Kölle, Alaaf!

Am Elften Elften um Elf Uhr Elf. Buscando el por qué de esta fecha me he encontrado con muchas respuestas: que si es un número imperfecto por ser uno menos que el de los apóstoles, que simbolizan la perfección, y por eso se hace la parranda ese día, que es un homenaje a Napoleón porque son las siglas de egalité, liberté et fraternité... A mí lo que más ilusión me hace es pensar que me estaban haciendo una fiesta de cumpleaños. Y vaya cómo la montaron mis colegas.


Pues la cosa trata de lo siguiente: a las 11:11 horas se reúnen todos en el Alter Markt, y cuando el reloj se acerca a la fecha, hacen una fiesta atrás y... KÖLLE ALAAF! Que viene a significar "Colonia es de todos". Y así te hacen sentir, será tanta Kölsch.


Y la gente empieza a darlo todo con unos disfraces muy locos. Todos se disfrazan. Así que mi señor pariento y yo nos unimos a los colonienses.


Siento la calidad de la imagen, es la única foto en la que medio se nos ve. Además, lo importante soy yo que para eso era mi cumpleaños. 

Y así transcurre el día, con la gente bebiendo y comiendo salchichas - que por lo visto, junto a los kebabs, es la única comida típica de la ciudad - y cantando y bailando. 

Al día siguiente sufrí una odisea de trece horas de viaje en regional para llegar a casa, pero eso es otra historia que será contada en el apartado "Mitfahrgelegenheit: historias para no dormir". 

Fue un reencuentro muy emotivo con la ciudad que ya había visitado tiempo ha con mi hermanito - hace ya siete años de eso... qué viejos estamos. Y entiendo por qué me encantó cuando la visité. Aquéllos que me conocieron por la época, con catorce añitos, también entenderán qué es lo que tanto me gustó:


PD: ya están poniento los Weinachtmärkte por todas partes y ciudades... ¡OS PIENSO CEBAR A TODOS CUANDO VUELVA COMO ME ESTOY CEBANDO YO!

Y por último, que no menos importante, muchísimas gracias de Ben y mías a Esther por su hospitalidad y su gemütliches blaues Sofa :-D (por su sofá azul tan cómodo y calentito). Y por el bocadillo que me hizo a la mañana siguiente y que me salvó la vida durante mi viaje de vuelta a casa. ¡Bienvenida a Berlín cuando quieras!

domingo, 30 de octubre de 2011

El otoño en Berlín...

... es por lo general deprimente. Pero a veces te sorprende con un sol grande y calentito que lo baña todo en oro...


Tiergarten.

Asomarte a la ventana y ver cómo día tras día los árboles son más amarillos y están más desnudos. Al final esta ciudad nos desnuda a todos.

lunes, 17 de octubre de 2011

Berlín política.

Me sorprendió muchísimo, pero allí estaban: miles de berlineses, y eso quiere decir miles de personas de todos los países, razas y religiones, extendiéndose desde Alexanderplatz hasta el Reichstag, con pancartas reivindicando "echte Demokratie jetzt", es decir, "democracia real ya".

La impresión que me dio tras largas charlas con alemanes y alemanas es que están en el justo despertar, preguntándose a qué viene tanto revuelo, qué es lo que va mal, porque saben que algo va mal. Como muestra un botón: "ich bin unzufrieden!" ("¡estoy descontento!"), gritaba una de nuestras pancartas. 



Ahora la anécdota: nunca vi semejante clase a la hora de hacer pancartas... ¡Proyectando con un Mac (y un proyector) en la sábana pegada a la pared el texto escrito con Word, haciendo moldes de las letras, recortándolas y pintando con spray (porque ya lo intentaron con óleo y pincel y no funcionó)! Y después de tres horas de asamblea para decidir qué lemas poníamos. El colmo de la perfección alemana.

Lo que me gustó: al estar todos reunidos y no contar con equipo de megafonía, lo que uno gritaba, el resto lo repetía a modo de eco para que llegara a todos.

Lo que no me gustó: en estas manifestaciones no se hace ruido, ni se gritan lemas, ni se abuchea a los bancos al pasar por su puerta. Lo único que sonaba era un camión que iba a la cabecera con música tecno... ¡Teníamos que estar en Berlín!

Lo que tampoco me gustó: pues lo que quizás habéis visto en todas las portadas de prensa, un grupo de chicos y chicas reivindicando literalmente un "fuck for the forests" (papá, mamá, no preguntéis lo que significa) en pelota. Sí, sí, desnudos a 8º. Y evidentemente, atrajeron más cámaras y periodistas que los chicos y chicas a los que la policía gaseó con gas lacrimógeno. 

Lo que me encantó: volver a vivir el inicio y poder compartir nuevos puntos de vista con gente que vive una situación muy, muy diferente a la de España. 


Mucha perfección y mucha puntualidad... Pero yo sigo prefiriendo el Spanish way of demonstrations: ¡batucadas, pitadas al Santander, lemas ingeniosos, horas y horas andando en la calle! ¡Viva la Spanish revolution!


miércoles, 12 de octubre de 2011

Berlín cultural

Por fin. Por fin puedo decir que he hecho el guiri-tour por Berlín Mitte (el centro histórico, el casco antiguo de la ciudad). Así que lo contaré por orden cronológico de ocurrencia: museo de Pérgamo y free tour. 

1. Pergamon Museum.

Es el museo más importante o al menos el más famoso de la Museumsinsel (Isla de los museos), que está compuesta por cinco museos y la Berliner Dom, la catedral (que sorprendentemente es del siglo XX, ya veréis por qué digo sorprendentemente). Es él encontramos edificios. Sí, sí, edificios de las civilizaciones más grandes de la antigüedad, desde Mesopotamia hasta Grecia y Roma. Y al entrar, lo primerísimo con lo que nos encontramos es el Altar de Pérgamo, un templo impresionante, con metros y metros de relieves esculturales narrando la lucha mitológica de los dioses contra los gigantes. 


¡Fascinante verlo en persona después de tantos años! (Lo había estudiado en el instituto y visitarlo era el sueño de los frikis de humanidades). De esa "salita" pasamos al mercado de Mileto, a la fachada del templo de Ishtar, al museo de arte islámico y un sinfín de piezas de otras épocas. Por cierto, una fotito de la fachada de Ishtar que "nos dejó locos".


Hoy me siento egocéntrica y me apetece salir en todas las fotos. Ea.

2. Free tour.

Experiencia 100% recomendable para los que vengan de turisteo y quieran ver el centro con explicación histórica incluida en un paseo de cuatro horas por el módico precio de... ¡lo que queráis! Hombre, lo normal son unos 10€ para el/la guía, y el nuestro era muy majo. El recorrido ha sido más o menos:

- Brandenburger Tor.
- Reichstag.
- Memorial al holocausto. 

- Búnker de Hitler (completamente cerrado a cualquier tipo de público).
- Ministerio de aviación nazi, una arquitectura realmente imponente.
- Checkpoint Charlie, uno de los siete cruces a lo largo del muro para pasar de un lado de la ciudad al otro.
- Gerdanmenmarkt, o plaza de la tolerancia (mi favorita hasta ahora, para una panorámica completa, buscar en Google, yo sólo le voy a hacer aquí un guiño a mi hermano).


- Bebelplatz.
- Isla de los museos, que ya habíamos visitado ayer, y en la que hemos cerrado el tour sentaditos en las escaleras de la catedral y escuchando la historia de cómo y por qué cayó el muro. 



Berlín no es una ciudad especialmente bonita. Los edificios son enormes e imponentes, es muy moderna, está reconstruída en gran parte, tiene calles completas llenas de graffitis, no es especialmente limpia ni brillante. Pero su historia pone la piel de gallina, y su presente es muy consciente de su pasado. Es la tierra de la libertad (¡nada del estúpido sueño americano!), de la tolerancia y, en cierto modo, de la melancolía. Una melancolía histórica emocionante. El muro cayó debido a ciento de miles de personas que salieron a la calle a gritar "wir sind das Volk, wir sind ein Volk" ("somos el pueblo, somos un pueblo"). Así que, amigas y amigos, ¡a seguir luchando!

PD: hoy también he comido Bratwurst con patatas fritas...